miércoles, 21 de agosto de 2013

Un nuevo SOL


Un nuevo sol se levanta y revive el día, con presencia feroz y claridad absoluta. Rondando el cielo de un extremo a otro acaparando el mundo completo con exactitud. Ni un minuto más ni uno menos, dicta con elegancia el toque divino de un creador perfecto que con esmero lo realizo para ti. De la misma manera arropa los sentidos humanos de intención amorosa, regalando vida a cada planta que despierta feliz con la luz proveniente del cielo azul que El creador no pinto, para demostrarnos cuan hermoso creo el inmenso mar que refleja su color en el espejo gigante del firmamento repleto de estrellas iluminantes que pintan con exactitud un cuadro impresionante y relativamente insólito debido a su extensión imposible de medir.

Así es nuestro Dios, insuperable, preciso y exacto. Un ser más grande que nuestra imaginación,  realzando una atribución certera de que su belleza es más grande de lo que podríamos imaginar, pero no de sentir. Demostrando con precisión ser el soberano  rey, El cual está al margen de todo.

Perfección



Dios tiene un proceso explícito para cada cosa que ocurre en nuestras vidas. El estar al pendiente de cada uno de sus hijos, manejando las situaciones a su merced y siempre para nuestro bien. Lo que no entendemos es simplemente porque no existe necesidad de entenderlo. Porque para su fin todo es concreto y perfecto. 

ConFusos






Existen confusas respuestas entre medio de interrogantes concretas con relación a Dios. Nos podríamos preguntar si siendo pecadores podríamos recibir algún beneficio de Dios visitando alguna comunidad eclesiástica. La aseveración de un simple ser humano no debe ser contestación para otros. No obstante debemos comprender que nuestro Dios jamás vera las situaciones humanas como los seres humanos.
 Lo que indica que Dios no ve nuestros pecados como la puerta para ir al infierno, sino como la incapacidad de visitar el cielo. Ósea que nuestro creador prefiere que como seres humanos nos dirijamos a Él y podamos recibir el perdón desde el corazón, más allá de nuestra mente pecaminosa.