sábado, 6 de noviembre de 2010

Cachorros en venta

El dueño de una tienda estaba colocando un anuncio en la puerta que decía: "Cachorritos en venta".
Esta clase de anuncios siempre atraen a los niños, y pronto un niñito apareció en la tienda preguntando cual era el precio de los perritos.

El dueño contesto que oscilaba entre $30 y $50. El niño metió la mano en su bolsillo, sacó unas monedas y dijo: "Sólo tengo $2.37, ¿puedo verlos?".

El hombre sonrió y silbó. De la trastienda salió su perra corriendo seguida por cinco perritos. Uno de los perritos estaba quedándose considerablemente atrás. El niño inmediatamente señaló al perrito rezagado que cojeaba y preguntó que le pasaba.

El hombre le explicó que cuando el perrito nació, el veterinario le dijo que tenía una cadera defectuosa y que cojearía por el resto de su vida.

El niño se emocionó mucho y exclamó: "¡Ese es el perrito que yo quiero comprar!".

Pero el hombre replicó: "No, tú no vas a comprar ese cachorro, si tú realmente lo quieres, yo te lo regalo".  El niño entonces se disgustó, y mirando
directo a los ojos del hombre le dijo: "Yo no quiero que usted me lo regale. Él vale tanto como los otros perritos y yo le pagaré el precio completo". "Le voy a dar mis $2.37 ahora y 50 centavos cada mes hasta que lo haya pagado completo".

El hombre insistió contestando: "Tú en verdad no querrás comprar ese perrito, hijo. Él nunca será capaz de correr, saltar y jugar como los otros perritos".

El niño se agachó y se levantó la pierna de su pantalón para mostrar su pierna izquierda, cruelmente retorcida e inutilizada, soportada por un gran aparato de metal. Miró de nuevo al hombre y le dijo: "Bueno, yo no puedo correr muy bien tampoco, y el perrito necesitará a alguien que lo entienda"

En ocasiones subestimamos a las personas, creándoles limitaciones que no poseen y de esta manera limitándonos en creer en los demás.  Con estas actitudes solo logramos limitar, nuestra mente convirtiéndonos en impedidos mentales.

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